martes, 5 de julio de 2016

La ilusión del iceberg



(ENGLISH version HERE)

Saborear éxitos es fácil y a todos nos gusta; saber aceptar fracasos es más complicado. Parecen conceptos opuestos pero en realidad son complementarios: no puede haber éxito sin fracaso. La teoría todos la sabemos; la práctica no es tan sencilla, ¿por qué si no nos frustramos cuando las cosas no salen como quisiéramos? Así al menos me he sentido durante estas últimas semanas en las que he visto frustrados mis proyectos verticales. 


El año pasado me quedé con ganas de escalar en Santa Linya. Ya sabéis que tengo metabolismo de lagarto, y cuanto más calor hace más me apetece probar vías duras. Pensaba probar allí algún proyecto, pero no caí en cuenta que en los meses en los que me había planificado escalar –los de verano- está prohibido escalar en la cueva (por las excavaciones arqueológicas).



Fuente: http://desnivel.com/escalada-roca/un-ano-de-xesca
Así que para este año me planifiqué diferente y desenfundé la cuerda algo antes de lo habitual, en pleno (y frío para mí) mes de abril. Tenía muchas ganas de probar un par de vías, “Ciudad de Dios” y “Open your mind direct”. ¿Por qué éstas? No lo sé exactamente, seguramente porque había visto vídeos y me habían gustado las líneas y los movimientos. Y porque pensaba que no se me darían mal, claro está. Y en esto último me equivoqué de lleno. Ya sabía que eran vías físicas y en las que me encontraría pasos largos y tendría que lanzar, pero pensaba que al haber ganado algo de más fuerza (gracias como siempre a los entrenos de Pedro Bergua)  podría llegar a hacerlos. Pero no fue así. Lo estuve intentando durante varias semanas con todas mis ganas y con todo mi tesón, pero al final tuve que rendirme y aceptar el hecho de que no tenía la fuerza necesaria para hacer este tipo de vías. No fue fácil de asumir. Las sensaciones de frustración, de inutilidad y de haber tirado por la borda el entreno de todo el año me estuvieron martilleando durante varios días.

 Y ahí radica la diferencia entre los buenos escaladores y los que no. Y por eso me he incluido  siempre en el segundo grupo. Parece que todos los que hacemos cierto grado somos unos “mutantes” pero nada más lejos de la realidad. Sin duda alguna hay mutantes -gente superdotada para escalar- pero también hay gente como yo, “escaladores del montón” (con tu permiso David, te “robo” la expresión de tu BLOG) que no tenemos cualidades especiales para escalar, y que si hemos conseguido hacer grado es simplemente debido a la cantidad de horas, de esfuerzo y de constancia que le echamos. Para los “escaladores del montón” hacer grado no es más que esto:




Decir que finalmente decidí mudar de escuela. Y finalmente, gracias a los consejos de Pedro, he encontrado una que me motiva más (por no ser tan física) y en donde la semana pasada encadené "Kif kif demain". Pero eso lo dejo para el siguiente post.

jueves, 10 de diciembre de 2015

NamussFilmeando



-“Hola Mar. Oye los de Namuss me han pedido tu teléfono porque quieren hacerte un vídeo, ¿se lo puedo dar? No sé si los conoces, pero son muy buenos en lo que hacen”- Lo primero que pienso es que Carlos me está gastando una broma, pero enseguida me doy cuenta de que no. No es que sepa quién es Namuss Films, sino que sigo desde hace un tiempo todos y cada uno de sus vídeos porque me encanta la forma en la que cuentan las historias y el enfoque delicado y sensible que le dan. Así que –“Carlos, casi mejor dame tú a mí el suyo y ya les llamo yo, no vaya a ser que se lo repiensen y al final  no me llamen”-.


Foto: David
El mundo audiovisual siempre me ha llamado la atención, no la parte de delante de las cámaras, sino todo el trabajo y montaje que hay detrás (soy la típica que se ve los “making offs” de las películas y de las series). Si a esto le añadimos una temática vertical, y un colofón en el que mi historia es la protagonista,  el resultado es que me quedo más flipada que los fans de Juego de Tronos cada vez que muere otro Stark.  Dicho todo esto, es normal que la experiencia me pareciera INOLVIDABLE.
Además, Jon y Gerard desprenden un buen rollo impresionante. Por su parte todo fueron facilidades, y pasamos unos excelentes días con ellos plagados de risas y buen humor.


Sobre el resultado, poco puedo decir que no haya dicho ya. Siempre digo que las historias pueden ser buenas o malas, pero el resultado viene condicionado por cómo se cuente. Una buena historia, si no se sabe explicar, puede resultar mediocre. Y una mala, bien contada, puede sorprender. Y con esta historia ellos supieron captarla, transmitirla y explicarla con una sensibilidad y emotividad que incluso a mí me sorprendió. Solo puedo darles las gracias por haber hecho algo tan bonito.


Foto: Gerard Peris / Namuss Films
  



Ep. 1: http://www.epictv.com/media/podcast/the-5th-woman-ever-to-climb-9a-has-a-full-time-job-|-mar-lvarez-no-logo-ep-1/603197 

Ep. 2: http://www.epictv.com/media/series-home/mar-lvarez-no-logo/500260










No puedo finalizar el post sin hablar de los vídeos que han hecho de Panaroma, me parecen espectaculares, épicos, soberbios, sublimes y perfectos. Y no lo digo solo yo, lo corroboran los innumerables e incontables laureles y premios que acumulan (y que seguro seguirán acumulando, porque lo que han hecho con Panaroma es Pananormal!!)
Ni cuando era una adolescente vi tantas veces la película de Titanic (versión DiCaprio, por supuesto) como veces he visto estos vídeos. Os dejo aquí los enlaces: 



miércoles, 11 de marzo de 2015

MOVIDO COMIENZO DE AÑO


El comienzo de este año ha sido un poco inusual por los diversos proyectos que se han acontecido. Positivos todos ellos.    

En primer lugar, he pasado a formar parte del equipo de deportistas de Nihil, una firma de ropa holandesa cuya filosofía y forma de hacer congenia conmigo a la perfección. Ropa original, diferente, y divertida. Pensada para el verano, como a mí más me gusta ;-). Tengo que agradecer a Iván su interés en mi persona y el que hiciera esta relación de esponsorización posible.


En segundo lugar, he estado más liada que el corrector ortográfico de mi ordenador cuando escribo en inglés, preparando mi estreno en el mundo de las conferencias. Cuando me lo propusieron dudé bastante, no tenía claro de dónde sacaría el tiempo necesario para prepararlo (porque os aseguro que no es poco, y tenía claro que de entrenar no sería). Pero gracias al apoyo y arropo de Òscar Cadiach (excepcional alpinista y persona, en junio intentará nada más y nada menos que su CATORCE ochomil, brutal!), Pau Salas, y al equipo del programa de radio El Pont de Mahoma, quedó algo creo que bastante decente. Al menos conseguí mi objetivo de no quedarme en blanco y de que la gente no se me quedara dormida!!. El trato que recibí por parte de la organización, la Diputació de Tarragona y el Club Alpí K2 fue exquisito, y el despliegue mediático tarraconense fue increíble, con rueda de prensa incluida.
A pesar de que pasé más nervios que Pinocho en la máquina de la verdad, la experiencia fue muy positiva y gratificante. Y que repetiré.  






Por último (cronológiamente hablando), he estado grabando un vídeo con Namuss Films (felicidades por ese merecidísimo Premio al Mejor Cortometraje Deportivo por ”Novato”  en el Festiva Ull-Nu de  Andorra!)(aquí podéis ver el Episodio 1, Episodio 2 y Episodio 3 que hicieron de Novato). Hacía ya tiempo que seguía sus vídeos, la delicadeza y sensibilidad con que narran las historias me parecen exquisitas. Por lo que cuando Jon Herranz y Gerard Peris me lo propusieron, me puse más feliz que una perdiz.
El resultado ha sido que he disfrutado como una enana. Por la experiencia en sí,  y por el buen rollo que transmiten Jon y Gerard, nuestras buenas risas nos hemos echado entre tomas!.
Estoy DESEANDO ver el resultado!!. Y para mantener la intriga, no voy a avanzar nada al respecto ;-)




Por lo demás todo sigue igual, dándole a la resina todo lo que puedo y con los dedos y brazos más hechos polvo que si estuvieran incinerados de tanto meterles caña. 

jueves, 20 de noviembre de 2014

Vida Vella


Hace ya tiempo que tenía ganas de publicar el escrito que redacté para la revista Escalar (ni falta hace decir que volver a ser portada me hizo muchísima ilusión). En él se reflejan los sentimientos y emociones que experimenté desde que probé Era Vella hasta que llegué a encadenarla:

Me despierta el arrullo de una tórtola. Hoy es el día, me digo. Miro el reloj y veo que al despertador le quedan casi diez minutos para sonar. Nos levantamos, desayunamos un tazón de muesli con leche y miel y nos ponemos en marcha. El trayecto en coche se me hace largo, intento dejar la mente en blanco pero no puedo, el mismo pensamiento me repiquetea una y otra vez: ¿cómo será?. Por fin llegamos, pero aún queda un rato más, esta vez andando y con las mochilas y cuerdas a la espalda. Nos acercamos, no me atrevo a mirar. Por fin llegamos y por fin levanto la cabeza. Me quedo impresionada por su espectacularidad, un muro naranja, largo, no veo dónde acaba, perfecto, lleno de agujeros, desploma más de lo que pensaba.  Aquí estás, ha llegado el tan esperado y temido momento de ver cómo es una vía bautizada con el número 9. Nunca pensé que llegaría éste momento, así que el mero hecho de atreverme a intentarlo ya significa mucho para mí. Caliento, y con una tranquilidad inusitada me preparo para el primer contacto. David me da ánimos y me dice que vaya con toda la calma que necesite. Así lo hago. El primer tramo es vertical e intuyo que no es difícil. Voy tensa y apretando hasta en los cantos más buenos. Llego a la repisa y un corto pero amenazador techo me intimida. Veo cantos, muy separados entre sí, me digo que tiene que haber algo más, pero de lo que alcanzo a tocar no me tengo. Me agarro de la cinta y me cuelgo. Ya lo miraré en otro intento, aún me quedan metros de vía. Me agarro a un canto y consigo llegar a la otra cinta. Aquí sí que leo la secuencia pero no me veo con fuerza para hacerla. Me vuelvo a agarrar de la cinta y cojo el siguiente canto. Salgo del techo y vuelvo a pararme. Entre tanto agujero me pierdo, no sé cuáles son los que hay que coger. Me lanzo a la aventura, no me tengo de lo que toco, me caigo, vuelvo a intentarlo tocando otras cosas, vuelvo a caerme, y así repetidamente. Repito el mismo proceso alguna cintas más. Ha pasado casi una hora, decido bajarme, para ser la primera toma de contacto ya ha sido suficiente. Ahora ya sé lo que es y a lo que tengo que enfrentarme. Me ha parecido inalcanzable, me viene grande, está a años luz de mis capacidades. Y eso me motiva. No es la primera vez que tengo sensaciones así. Pero soy realista, y por ello fijo que mi objetivo no va a ser encadenarla, sino transformarla, de imposible a posible. Ese será mi reto para las próximas semanas.

Pasan los días, lentamente las sensaciones van mejorando, lentamente los dedos van adaptándose a las curiosas formas de esos agujeros naranjas. Eso es lo que busco, no tengo prisa. Siguen pasando los días, por fin consigo llegar a la cadena. Sensación de alegría y de superación, entre el primer día y éste hay un abismo. Pero soy consciente que aún queda un lento y arduo trabajo por delante. No me importa, así es cómo más disfruto.


Ya ha pasado casi un mes. Entre cintas voy bastante más suelta. Solo me queda unir, es lo que en principio se me da mejor. La motivación está por las nubes, he conseguido mi objetivo ¡veo la vía dentro de mi alcance!. Me planteo un paso más, intentar encadenarla. Pero se avecina tormenta, y me coge totalmente desprevenida. Empiezo a caerme en sitios que no debería, secuencias fáciles se me
antojan complicadas, no consigo hacer más de dos cintas seguidas. El primer día lo asumo con normalidad, el segundo también, pero a partir del tercero empiezo a preocuparme, semejante aguacero no es normal que dure tantos días, es algo que nunca había experimentado. Y no sé cómo afrontarlo. Todo tipo de pensamientos negativos empiezan a invadirme. Quizá he sido demasiado pretenciosa al  pensar que podría con algo así, quizá esto no sea para mí, quizá sea hora de darse cuenta y abandonar. David me mira fijamente y me dice “no”, no voy a dejar que tires la toalla, “no” porque yo sé que puedes. Lo intento más días pero sigo mojándome. El “no” de David y muchas palabras bonitas y de ánimo siguen repitiéndose, me conmueven sus palabras, pero me temo que éstas salen de su corazón y no de su cabeza. Él me insta a parar y reflexionar. Si no voy a disfrutar no tiene sentido seguir. Si decido no rendirme y seguir tiene que ser disfrutando en todos y cada uno de los intentos, ese es mi objetivo cuando escalo, por y para eso lo hago. Tiene razón, como siempre, solo por el hecho de estar aquí, intentándolo ya tengo que interpretarlo como un éxito. La tormenta empieza a arreciar. Cambio de estrategia sobre cómo afrontar la vía y a la vez empiezo a disfrutar de todos y cada uno de los movimientos, salgan bien, salgan mal. Aún no he recuperado las fuerzas completamente, sí los ánimos y ganas de seguir luchando.

Han pasado casi dos meses, y veo mi objetivo cada vez más cerca. He ido restando caídas y sé que estoy cerca. Pero no me hago ilusiones, aún recuerdo que hay tormentas que pueden presentarse cuando uno menos lo espera. 



Me despierta el ladrido lejano de un perro. Lo primero que hago es mirar el cielo, habían predicho lluvia para hoy. Está bastante nublado. Mientras desayunamos nuestro tazón de muesli con leche y miel no dejamos de escudriñarlo. Como no llueve decidimos subir al sector. Me siento con más energía que otros días, la aproximación no se me ha hecho ni la mitad de dura que siempre. El cielo empieza a despejarse y una suave y fresca brisa hace que la temperatura sea bastante agradable. Caliento como siempre y me dispongo a subir de nuevo por la vía, dispuesta a disfrutarla como en los últimos días. Llego al techo, lo resuelvo con un poco más de
soltura de lo habitual pero no le doy importancia. Reposo, miro hacia arriba y comienzo toda la sección que se me hace dura, con decisión pero con calma. Me sorprendo haciendo más soltadas de lo normal, pero no me confío. Vuelvo a sorprenderme rehaciéndome en otra soltada fugaz. Empiezo a creérmelo. Sé que la fuerza con la que coja la regleta será el indicativo de si el paso clave me va o no a salir. La toco, noto que por vez primera la mano la cierra con fuerza y me digo que esta vez sí. Escucho a David dándome ánimos, aprieto con todas mis fuerzas y consigo aguantar la secuencia que siempre me había tirado. Estoy en el reposo. El corazón me bombea a toda velocidad y estoy hiperventilando, respiro hondo. Sé que si me rehago tengo muchas posibilidades de llegar a la cadena, lo que queda lo tengo bastante controlado,  pero necesito calmarme y que los nervios no me traicionen, aún quedan pasos para los que necesito máxima fuerza y concentración. Sigo escalando y llego al siguiente reposo, la absurda idea de que tengo dinamita en lugar de ácido láctico en los antebrazos me viene a la cabeza, tengo la sensación que de un momento a otro me van a explotar. Veo la cadena muy cerca, a falta de una chapa. Templo nervios, me estoy un buen rato soltando manos, la hinchazón va bajando. Bloqueo con decisión y por fin cojo el canto del que sé que ya no me caeré. Estoy a tres movimientos de tocar la cadena. Oigo a David de nuevo, pero no le escucho, tengo prisa por llegar, de agujero bueno a otro mejor y de ahí a la laja de chapar. Indescriptibles sentimientos de alivio, alegría, satisfacción me invaden. Así como de gratitud, gratitud hacia aquellas personas que desde un principio me habían apoyado y animado. Y sobretodo gratitud enorme hacia David, por darme la fortaleza necesaria para no haberme rendido, por haberme apoyado en los momentos buenos y malos, y por haber creído en mis posibilidades y habérmelo hecho creer a mí. "El mundo está en manos de aquellos que tienen el coraje de soñar y de correr el riesgo de vivir sus sueños" (P. Coelho).










martes, 4 de noviembre de 2014

I Open Boulder Indoor Lleida


Las compes no me motivan. Ni se me dan bien. Por eso nunca voy. Los Opens los encuentro mucho más divertidos. Aunque tampoco nunca voy, por dos motivos: me suelen coger lejos de casa (y para hacer kilómetros soy más vaga que los reyes magos, que solo trabajan una vez al año y encima es mentira) y, sobretodo, me suelen venir mal por fechas, o son en verano (y ya sabéis que la roca incandescente no la cambio por nada) o me cogen en pleno ciclo de sadoentreno. El 1er Open del Boulder Indoor Lleida celebrado este finde ha sido la excepción. Me cogía en una radio de Km’s aceptable y me iba perfecto para ponerme a tono después del parón vertical anual.


                                          Foto: https://www.facebook.com/BoulderIndoorLleida?fref=ts


Los 60 bloques de la mañana estuvieron logrados. Dificultad y variedad para todos los gustos. Bastante físicos las mayoría de ellos, descubrí para mi asombro que con un poco de ganas mis piernas sí saben saltar. Espero que mi tullida neurona y antilances por naturaleza haya tomado nota.

A la tarde/noche se celebraron las finales. A punto estuve de rajarme: la cantidad ingente de mocos que me chorreaban y me martilleaban la cabeza me decían que qué se me había perdido en una compe y para más inri, de bloque. Cuando entré al recinto y no vi más que volúmenes y romos gigantes pensé que comenzarían los chicos. Casi se me cae el alma a los pies cuando me enteré que no. A medida que nos iban explicando e íbamos visualizando los bloques, me iba acojonando más y más. Para una persona que en su vida ha hecho bloque, hacer dinámicos y posturas del “enredos” en semejantes formas amorfas se me antojaba más difícil que hacer gárgaras boca abajo.




El resultado fue que, independientemente de si me moví más o menos, me lo pasé en GRANDE. El ambiente era inmejorable, y los ánimos del público entregado (y algún que otro chivatazo) hacían que las amorforomoformas se dejaran coger y en algunos casos resolver o casi. Personalmente agradezco lo distendido del ambiente, y tengo que reconocer que los bloques (tanto en chicos como en chicas) eran “hacibles”, divertidos, ingeniosos y visualmente espectaculares. Los equipadores lo bordaron, chapeau.  

Felicito también a la organización. Se lo han currado de lo lindo. El año que viene (si para entonces se me han pasado las agujetas que tengo en todos y cada uno de los músculos conocidos y desconocidos. De hecho, me está costando lo suyo teclear) repito SEGURO.



                                          Bloque 1


                                Bloque 2


                                Bloque 3 (al que he bautizado como "la croqueta")


                                         Boque 4


                                                      Bloque 5 (el único que encadené con facilidad)


Como disfruté tanto del festival, los virus de la gripe no han querido ser menos y han montado por su cuenta otro festival, invitando a los mocos, la fiebre, los dolores musculares (más aún, si es eso posible) y al martilleo de cabeza.


Aunque entre una cosa y otra no pueda ni levantarme de la cama, ha merecido la pena.  Conocí además a un grupo de chicas muy majas y fanáticas (Mari, Eva, Sarah, Ana, Cristina, Alba, MClaire, y alguna otra que seguro que olvido) (a Sara ya la conocía de antes) con las que espero volver a coincidir.


                                          En el podium junto a unas fuertes Mari Alarcón (1era) y Sara Aicart (2a)
                                         

                                          Podium masculino: Cristian Gutiérrez (1ero), Chaiya Garcia (2o) y Rubén Mariscal (3ero)