Hace un par de semanas estuvimos escalando por Margalef.
Necesitaba unos días de terapia de roca para desintoxicarme del empache de
resina que llevaba. Lo más destacable
que he hecho ha sido aclimatarme (a pleno lorenzaco de Espadelles) a las altas
temperaturas que me esperan para este verano (porque, cómo no, ya estoy empezando a visualizar
vías en sectores de invierno jajaja).
Este día, obviamente, no hacía ni sol ni calor
A modo anecdótico.
Imaginaros mi figura ataviada con pantalón corto, top y sandalias, es
decir, un día de esos en los que se puede freír un huevo en plena repisa o cazo
de vía. Imaginaros ahora a mi lado a una guiri ataviada con pantalón largo y
plumas. Inverosímil ¿verdad? Por eso me
quedé con las ganas de pedirle a la guiri hacerme una foto con ella; si no lo
veo no lo creo.
Moraleja: por muy bueno que te creas en algo (en mi caso,
tolerar el calor), siempre encontrarás a alguien que te gane por goleada.
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